AdrianRaso FanfareCiocarlia
Devil´s Tale
"La cola del diablo". es el título de la nueva aventura de la Fanfare Ciocarlia. Adrian Raso, de origen italiano, criado en los más duros locales de Toronto su nuevo compañero de viaje. Emergió en forma de fanfarria una de las grandes sorpresas de la vieja Europa. Desde el corazón de Rumanía. Desde un rincón perdido en Zeca Prajini, un pueblo perdido del noreste. Vacas, campos y poco más. La humildad dió de nuevo una lección. Aquella banda que surgió como tantas otras en esa efervescencia de la world music, en que grupos de folklore tradicional vieron ampliado su campo de acción al panorama internacional, llegó para quedarse. Aguantó el envite de la moda. El elefante que se balanceaba sobre la tela de la araña bailó al son requerido. Por latin, por funk, por rock o lo que le echen. Supo estar a la altura. Supo crecer y alimentarse del mundo.
De esa vida que ya manaba por cada poro de su existencia. De esa vitalidad que subyace en la esencia de cada música. La llevó a su terreno. Y el tanque funcionó como maquinaria de alta precisión.
Adrian Raso soñó con este proyecto durante años. LLegó el momento. Compartieron algunas gélidas sesiones en Toronto y lograron que la magia tuviera lugar. La magia no es otra que el lenguaje común. Y no es fácil con un engranaje tan empastado como el que constituye esta fanfarria. Pero lo hicieron y en uno de tantos cruces de caminos surgió el perverso pacto que les llevo a ceder lo suyo para que creciera el todo.
La cola del diablo también puede hacer alusión a la forma de los metales.
Es curioso cómo a pesar de la educación judeocristina que hemos recibido subyace un poco la idea de que el cielo es aburrido y que la diversión se cuece entre fogones. Lo prohibido para una sociedad siempre es el desenfreno y la música que lleva vida en sus venas nos incita al disfrute. Al abandono en el momento. Es esto precisamente lo que representa la Fanfare Ciocarlia. Un grupo que puede funcionar igual en la entrega del premio nobel de la paz que en una boda o que en un entierro. A la altura de las circunstancia. Con la palabra justa y la nota precisa. Cuadra a la perfección con lo que me enseñaron que era el jazz. Este disco supone un paso más en reinventar su sonido. En no acomodarse y buscar la esencia de la música. ¡ole¡. |