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MOROSITO
El hilo invisible
La rumba es el alma del barrio. Forma ya parte de nuestro folklore urbanita. Desde aquellos años setenta de chute y libertad, de las Grecas y los Chichos pasando por el borriquito de Peret, ha convivido perfectamente con el heavy, la música disco, el rap y el bacalao. Porque independientemente de la música de moda en cada década siempre hemos podido ver la instantánea de unos jóvenes en una placita dando palmas y cantando rumbas. Porque no hay boda o bautizo o música donde baile la gente que en algún momento de la velada no se arranque con uno de esos clásicos rumberos que desbordan el corazón de los asistentes. La rumba de Morosito, como los tiempos que corren, es más abierta. Poco a poco se le fueron pegando los modos de los nuevos barrios que se dibujaban. Los acentos africanos o latinos. Las cadencias brasileñas o los dejes de aquellos lejanos sonidos de los Veneno. No le faltaron el respeto a lo principal. A eso que suena a verdad, a ese ritmo fresco y endiablado. Al desparpajo como modo de vencer las circunstancias y sacarle pecho al asunto. Composiciones sinceras con guiños a clásicos y unas eternas ganas de reinventarse. Morosito presentó su disco en el café Berlín de Madrid y nos mostró que el sonido de su disco se les queda pequeño. No hay duda de que el directo es su fuerte. Aquí dejamos una pequeña muestra de su actuación que nos puede mostrar tan sólo un botón del potencial de la banda. |
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